11 marzo 2012

filven 2012

después de haber visitado la fil lima 2011, la filven es una filshit.

lo malo
hace falta pabellones de países latinoamericanos. el stand de perú sólo ofrece libros de tarot, astrología y cocina internacional; por supuesto, nada de vallejo ni vargas llosa, menos de autores jóvenes como karina valcárcel, a quien sería estupendo ver aquí. creo que las ferias del libro son una oportunidad única para conocer lo que se escribe en otros países, sobre todo latinoamérica, donde estamos tan divididos y desconectados. pero ni siquiera los libros de cocina del stand peruano son de cocina peruana.

tampoco hay promoción. la estación de metro más cercana (bellas artes) no muestra indicaciones para llegar a la feria, ni los vendedores ambulantes saben que existe.

el lugar (teatro teresa carreño) puede tornarse laberíntico, pero tampoco dan un mapa de la feria para ubicar con facilidad los stands participantes. puede ocurrir que te vayas sin enterarte de que había otro pasillo. casi me pasó.

y lo obvio: faltan librerías privadas y editoriales internacionales, lo que deriva en un exceso de literatura política. planeta y alfaguara tienen stands minúsculos. además, escasos puntos de venta y un sólo cajero electrónico abarrotado. mi idea inicial era comprar un libro de taschen sobre pop art, pero ni siquiera encontré un solo libro de taschen. tampoco encontré en salón del cómic.

lo bueno
el espacio. a pesar de laberíntico, es cómodo y techado. cuenta con bastantes zonas de refrigerio, donde incluso venden alcohol. la parte trasera del museo de ciencias fue remodelada y es ahora un paseo muy bonito que se conecta con el teatro; además, tiene varios cafés, heladería y un restaurant. personalmente, nunca me gustó la feria en el parque lo caobos, porque los jardines no tenían grama y las estructuras estaban desgastadas. no ví lo romántico del asunto.

también las salas de lectura y conferencias son ahora más cómodas y atractivas a la vista. otros plus es la serie «Contemporáneos», de la colección Páginas Venezolanas (editorial el perro y la rana): material barato pero portadas atractivas, una apuesta que sale un poco del estereotipo estatal.

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