11 octubre 2011

sin huevos

pareció extraño que un cliente hubiera olvidado una zucaritas tamaño familiar en la caja del supermercado.

estás buscando que te boten

la advertencia de la cajera fue un lavansan al guaire. el empaquetador bajó la cabeza para no apuñalarla con su mirada, aunque si le hubieran dado un cuchillo, bueno, se armaba la linda. eso sí, mostró asombro cuando susana le dio cuatro bolos en agradecimiento por su labor en la cadena de servicios.

demasiado tarde: el paquete de huevos ya estaba oculto bajo las bolsas, junto a la zucaritas.

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