23 abril 2010

donas de chocolate

yo debía tener unos cinco años cuando mi mamá me prohibió comer donas de chocolate. supongo (trato de recordar ahora) que yo había comido muchas en días consecutivos y ella usó su autoridad como alarma. décadas después, cuando cumplí los nueve, me enteré de que aquella advertencia no era tan severa como la tomé: siempre fui libre de comprar donas de chocolate de vez en cuando.

nunca recuperé el tiempo perdido. todavía ahora, al comprar una dona de chocolate, miro a un árbol o a un carro que pasa, a la espera de una autorización.

No hay comentarios: