14 marzo 2009

sangre

rebajándome el pelo de mi parte íntima delantera con una tijera me abrí un pequeño surco en la piel del testículo que brotó una impresionante cantidad de sangre que llenó mis manos, y al echarle agua en el lavamanos me pareció la escena de phsyco. me vino entonces una idea repentina sobre si eso afectaría mis erecciones, y me acordé de cuando era adolescente y comencé a hacerme la paja, y llegué a pensar en ese entonces que me iba a quedar estéril y se dañaría el fluido normal de mi orina. en aquella época yo lanzaba todavía g.i. joes en paracaídas con las bolsas sobrantes del supermercado, y masturbarme constituía un ritual de psicoseada precaución. la paja más atrevida fue una mañana dominical en la cocina mirando a la muchacha de servicio de la casa dos, cuyos senos y muslos me hicieron correr pronto a lavarme las manos. me hice asiduo lector de la sección sexualidad de http://www.terra.com.ve/ y los sábados en la noche bajaba al televisor grande a ver the film zone. yo descubrí la sexualidad tarde cuando el agua que caía de la regadera me hizo brotar un líquido blanco que me dió placer y me asustó, y desde entonces entrar al baño no sería sólo una excusa para hacer pupú, aun cuando al salir bajara siempre la palanca.

1 comentario:

Sussy Ramírez dijo...

A pesar que me sé esta historia, siempre me sorprende tu capacidad para graficar estas escenas en la mente de quienes te leen.