era el primer día de trabajo de alberto. corbata y maletín en mano, consiguió abierta la casa de la sra. rosa, la clienta más repugnante, quien -como era de esperarse- yacía sentada en el retrete del baño con una expresión de intolerancia endemoniada. alberto contuvo la respiración, apoyó el maletín sobre el lavamanos, sacó una nariz de payaso y un librillo verde muy grueso. iba a leer en voz alta cuando la miró de nuevo: la sra. rosa, sentada en la poceta con su cara de culo, le pareció demasiado asquerosa. nunca pensó que sería tan difícil, en la presentación de power point lo habían puesto todo muy bonito. así que alberto se quitó la nariz, guardó el librillo verde y, cuando se disponía a salir, suspiró: "esto es más incómodo que bailar lambada con la mamá".
la sra. rosa se cagó de la risa, pagó la sesión y agradeció alegremente a alberto. todos en la oficina lo felicitaron y recibió un jugoso bono.
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