[Un] uso caraqueño es el empleo del verbo estar en lugar de ser en expresiones como las siguientes: cuando yo ESTABA CHIQUITA, siempre jugábamos en la calle. [...] El verbo estar alterna en este tipo de contexto con el verbo ser (cuando yo ERA CHIQUITA).
El adverbio ahí, lo mismo que aquí, acá, allí y allá, se emplea fundamentalmente para señalar un lugar: Yulimercy vive ahí en La Pastora. En Caracas, sin embargo, tiene muchos otros usos, entre ellos un ahí ahí sinónimo de "más o menos, regular", como en el siguiente intercambio: -¿Y cómo ves las elecciones que vienen? -Ahí ahí. Un uso también muy característico de ahí es el que se le da a este adverbio en los cafetines y restaurantes caraqueños cuando se dice, por ejemplo, dame un cafecito ahí, expresión en la que ahí podría interpretarse com ouna marca de cortesía o de solidaridad con la persona a la que se le pide café. Para terminar, haremos referencia al ahí empleado, ya sea para restar importancia a algo o alguien, ya sea para descalificar a una persona, cosa o situación: salí con un muchacho ahí de la universidad, fui a una fiesta ahí, yo salía llorando ahí.
En Caracas, la expresión un poco de se emplea no tanto para expresar el significado [del RAE, escasez] como para expresar otro totalmente opuesto, interpretable como 'mucho': compré un poco de libros significa "compré muchos libros". [...] Fuera de contexto, un poco de azúcar puede tener, en Caracas, dos interpretaciones posibles y opuestas: "poca cantidad de azúcar" o 'mucha cantidad de azúcar'.
¿Cómo se las arreglan los caraqueños para saber cuál debe ser la interpretación correcta en cada ocasión?
La principal ayuda la obtienen de la situación del habla o del contexto lingüístico y, cuando no es suficiente, siempre hay el recurso de utilizar otras formas claramente diferenciadoras, como un pocotón de (hizo la masa con un pocotón de harina) para indicar 'mucho', o bien un pelo o pelín de (necesito un pelín de aceite para la ensalada) para indicar 'poco'.
Tomado del artículo Viaje sintáctico de Catia a Petare, de Bentiboglio, P. y Sedano, M., aparecido en la revista Imagen, edición 31.1, páginas 127-130. 1998.
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