mordí una bolita de carne de cortesía, y le dije que yo estaba bien con mi esposa, pero que la monogamia «es una cosa bien difícil, ¿no?». inmediatamente, mi papá frunció en ceño, desatoró la lengua, tragó un shot de cerveza y dijo
claro que no
con un acertado tiro de revólver que cerró mi corazón a punto de romperse. yo me sentí abatido, quise gritarle desde la tarima de la cantante gordiflona
¡coño, papá, tú sabes de lo que estoy hablando!
pero ya tendido en el desierto del viejo oeste, yo no era más que comida de zamuros. la jornada duró una sola ronda cerveza adicional, porque él tuvo que volver a la oficina para una reunión, y camino al metro vi cómo un tornado desaparecía la tasca de la conversa, o lo imaginé.
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