- ¡te amo metroman!
- ¡y yo te amo a tí, ciudadano promedio!
más allá de los chistes y secuencias graciosas, megamind no cae en clichés de otras sátiras, sino que los espectadores terminamos satisfechos de ver personajes un poco más "reales", al menos en las afinidades humanas. y es que a pesar del
happy ending, las decisiones determinantes no admiten regresos a lo michael jordan o michael schumacher. ni hablar del poder corruptor de ilusiones insatisfechas.
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