te mandé millones de cuentos, pero nunca me escribiste un comentario.
yo volé papagayos pensando en ti. pensaba que mientras más te halaba, más te ibas. por eso usaba un pabilo y palillos fuertes, el celofán con los colores de la bandera nacional.
hasta me bañé con mangos para que me rastrearas, pero no volviste.
y dejé de creer en la gente, por ti.
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