susana es una casa, a veces el metro, otras veces un paraguas. es el último removedor de café que tenían en la panadería, un almohadón de plumas, un libro que creía perdido ―que juraba haberlo prestado a una chama que nunca leía pero que estaba buena. susana son mis lentes, los «que» excesivos en una oración, las caries de mis muelas, el reguetón estruendoso de un carro por la avenida.
susana es el camión de basura impuntual que no recoge un LP de sinatra durante tres días.
es una idea a la medianoche.
(ésta idea)
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