después del depilado brasilero, el pubis es como una uva que estuvo fuera de la nevera toda la tarde. la superficie es lisa, tibia y frágil; el olor casi alcohólico. si muerdes la uva, el agua se mezcla con la saliva, explota, la carne interior se aferra a la lengua, recorre cada epistelio y botones gustativos con frenesí inusitado, se balancea en la punta de la lengua de forma mecánica, exponencial, y no expulsa las semillas sino jugo de semillas blancas, el resultado de meter las semillas de la uva con queso mozzarella en una licuadora y ver qué rayos sale.
después del depilado brasilero todo es más fácil, no hay hormigas en el tarro de azúcar ni cucarachas bajo la lavadora. sólo montones de uvas que se quedaron fuera de la nevera toda la tarde.
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