31 agosto 2012

linda

linda era la típica hija de árabes del interior que decidió «ser alguien» en la vida y tener un título universitario, a pesar de que su familia hace años le tenía marido asignado. por eso, aunque la libertad caraqueña le dio pie para aumentar unos kilos, apenas pisaba un apartamento de un chico hablaba sin parar de sus graves problemas de estreñimiento, lo cual no deseaba «ni a su peor enemigo».

finalmente se graduó con excelentes notas, para nada, porque apenas terminó el acto comenzó una dieta estricta que puso sus brazos como dos palos de escoba. todo esto, para caber en un diminuto vestido de boda de cinco mil dólares que utilizaría en su boda de cien mil dólares, y donde sólo un par de amigos de la universidad pudieron recordarle su paso por aquella institución.

para nada, porque al año ya estaba embarazada, y mientras amamantaba a su niño no se daba cuenta de que realizaba una transferencia de fluidos.

duda

el otro día a susana se le acercó un viejito pidiendo dos bolos. el tipo estaba bien vestido y tenía cara de buena gente. es muy importante aclarar este último punto. porque hay personas que no nos dan buena espina, algo nos dice que nos está mintiendo. como el supuesto padre de familia desempleado, a quien le urge comprar tal medicina para su hijo, o el pseudomalando que se monta en el bus mostrando una boleta de excarcelación de los teques, y que está reuniendo para el pasaje a barquisimeto. pero este viejito parecía sincero. además, sólo pedía dos bolívares. susana le dijo que no tenía nada, pero cuando el hombre se fue, quiso dárselos. «sólo eran dos bolos», pensó, arrepentida.

23 agosto 2012

cosas que no entiendo

con la lenta instalación del nuevo ascensor de mi edificio, el elevador restante recibe toda la carga del bloque. por eso, se daña por lo menos una vez al mes. pero hace unos días ocurrió la avería más grave: se dañó la polea.

no sé si saben, pero la polea es una parte fundamental del ascensor. en la imagen abajo, es ese círculo por donde pasa la guaya que sostiene a la cabina y al contrapeso, en ambos extremos.


si la polea está mala, bueno, la cabina puede golpearse con las paredes, y volverse mierda. por eso es tan importante. así que la junta de condominio decidió:

  1. desmontar la polea del ascensor nuevo y montarla en el elevador backup
  2. mandar a reparar la polea del elevador backup para instalarla en el ascensor nuevo

malazo.

me sucede lo mismo cuando compro un doritos o unas ruffles, y noto en la parte posterior del empaque, debajo de la lista de ingredientes, un dibujito que dice
dile no a las drogas
y pienso si de verdad algún drogadicto se llega a fijar en ese detalle del empaque, si siente remordimiento, y comienza su rehabilitación. o quizás es sólo irresponsabilidad social.

tampoco entiendo el término «kitsh». según wikipedia, es «cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto». ¿pero el mal gusto de quién? ¿podría hacer yo una lista de que considero de mal gusto y llamarlo «kitsh»? ¿es el «kitsh» democrático? a ver:


  1. donas glaseadas
  2. libros sobre una mesa de sala
  3. star wars
  4. los perrocalientes de los puestos plumrose
  5. dios
  6. chávez es otro beta
  7. algunos cuentos de mi libro

14 agosto 2012

reproches

te mandé millones de cuentos, pero nunca me escribiste un comentario.

yo volé papagayos pensando en ti. pensaba que mientras más te halaba, más te ibas. por eso usaba un pabilo y palillos fuertes, el celofán con los colores de la bandera nacional.

hasta me bañé con mangos para que me rastrearas, pero no volviste.

y dejé de creer en la gente, por ti.

09 agosto 2012

El malandreo, según Bernand Heighs


a Fernando Jantzent


E. conducía su motocicleta china de 50 cc por la avenida, cuando se encontró un semáforo en rojo. Entonces, E. detuvo su moto detrás de la franja peatonal, en medio de dos automóviles parados en sus respectivos canales de circulación.

¿Qué iba a esperar nuestro querido E., quien trabaja en una empresa estatal y mata tigres vendiendo marquesas de chocolate, que una veintena de motos iba a tocarle las bocinas, y hasta calumniarle a gritos, para que se comiera la luz del semáforo? E. tuvo que maniobrar con destreza de halcón de aeropuerto para empujar la moto hasta el rayado, con extremo cuidado para no tumbar a su hijo de cuatro años que llevaba entre las piernas. Todo esto, mientras los veinte tipos le pasaban a un lado a 20 kph, y le gritaban: «Quítate, pajúo».

De eso se trata el malandreo.

El gran filósofo uruguayo, Bernand Heighs, apuntó en su obra «La ética desde el Sur», que el malandreo tuvo un origen similar al chalequeo, una forma de protesta sutil y audaz empleada por los antiguos griegos ante el corrupto sistema ateniense. Sin embargo, quien lo puso de moda fue Sócrates, quien luego de una intensa disertación sobre matemática euclidiana, dijo que no sabía nada de nada, y se tomó un shot de cicuta.

Pero, según Heighs, en América «el primer registro de malandreo, viene de las palabras de Simón Bolívar, cuando en aquel terremoto de caracas en 1812, se montó sobre unos escombros y le gritó a la gente (aún devastada ante la pérdida de familiares y bienes) que no se preocuparan, porque ellos le darían una tunda a la naturaleza, para que respetara».

Pronto, lo que inició como un acto de irreverencia, se degeneró rápidamente en pérdida del respeto. Algo así como el  reggae dio origen al reguetón, o el surrealismo inspiró al pop art.

Yo: ¿Y qué inspiró el gusto desenfrenado por las armas, el dinero fácil, la vestimenta de colores brillantes y el vocabulario ofensivo y soez?
BH: Sin duda, una mala interpretación de Scarface con El Príncipe del Rap.
Yo: ¿Pero nada de un sistema judicial ineficiente y corrupto, crisis económica y desempleo, narcotráfico, deserción escolar para vivir en las calles según la ley del más fuerte?
BH: Ah, sí, eso también. Full chimbo, ¿no?

Hace poco a E. le robaron la moto. E. la entregó sin mirar rostros. Pero, antes de irse, uno de los choros le dijo amablemente:

El malandreo es el pecado capital que le faltó añadir a Gregorio Magno en su lista definitiva. No es soberbia ni orgullo, ni algún sentimiento de superioridad. Es simplemente la ruptura de lo que Rosseau llamó la  «libertad civil», el orden establecido, la sociedad de no-derecho o del «bochinche», como la llamó Miranda.

Los antisociales se fueron haciendo caballitos, y casi chocan con la patrulla policial que pone una alcabala en la otra esquina. La luz del semáforo estaba en rojo para los carros, pero E. cruzó la calle con cuidado, rápidamente.